Me dieron de pequeño una droga alucinogena llamada realidad. Y refuerzan cada dia la dosis como una vacuna...La dosis silenciosa en la television, en la guerra, en la politica, en la religion.... Me han vuelto adicto a la realidad...
Debo sanarme. La poesia y tus ojos son mi antidoto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario